zenaku (OP)
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April 22, 2025, 04:38:59 AM Last edit: April 24, 2025, 05:20:58 PM by zenaku |
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Capitulo 1:zenaku
Zenaku tenía una motocicleta de mediano cilindraje. Sus preocupaciones en la vida eran muchas, grandes, pesadas. Una historia triste lo acompañaba, pero un día decidió dejar de preocuparse por su tristeza y su melancolía. Trabajaba de día y también de noche. Al amanecer, programaba. Al atardecer, también. Hacía cosas de programadores y geeks, con una vida aparentemente normal... o al menos, interesante dentro de lo que se podía hacer en su ciudad. Un computador y una conexión a internet eran suficientes para hacerlo feliz. Llevaba una vida simple, llena de curiosidad, conocimiento, sabiduría y algo de filosofía. Zenaku creía ser un rey. Mejor dicho: era un rey. O quizá… fue un rey. Bacaniado, creció en un orfanato junto a otros amigos, aunque nadie sabe si eran reales o imaginarios. De todas formas, la pasaba bien con ellos. Se reía, jugaba, soñaba. Le encantaban las fichas de LEGO. Ese fue su primer código de programación: el bloque, o como él diría hoy, el objeto. Apilaba piezas, creaba figuras increíbles —una mejor que la anterior— y luego las hacía luchar entre ellas. Así pasaría muchos años, hasta construir amistades únicas, irrepetibles. En ese zigzag constante vivía: armando y desarmando castillos, mundos, ideas.
Capítulo II: La Bicicleta Roja Antes de su motocicleta, fue su bicicleta. Una Bart Simpson de INSA —INSA era la marca—, su color era rojo. Se la había regalado un tío (Q.E.P.D.). Una joya de dos ruedas que marcó su infancia. Momentos inolvidables llenaron aquellos días:las piruetas en el parque con su amigo, la nariz rota en los “morros” del barrio, y las risas… muchas risas. Sonrisas no le faltaron al pequeño Zenaku, hasta el día en que su bicicleta fue robada por los malechores del barrio. Gente pesada, aburrida, y quién sabe si ya difunta. Tal vez. Derramó muchas lágrimas aquel día. Incluso llegó a hacer un cartel a mano: "SE BUSCA BICICLETA" y lo acompaño de un dibujo a mano todo choneto, producto de la imaginacion de un pequeño, pegado en todos los postes a su alrededor. Un intento desesperado, aunque inútil.
Al otro día, sin remedio, le tocaba estudiar y como siempre, era el más solitario del curso. Zenaku no sabía por qué todos lo evitaban, pero tampoco le importaba. Era uno más, como un tigre triste entre ovejas. Desde pequeño fue un divergente Por ese entonces, sus únicos amigos eran sus profesores, con quienes hablaba de aventuras y mundos imposibles. Era muy inteligente, pero de esa inteligencia oculta, que nadie ve ni se pronuncia. Producto del desprecio y el maltrato de sus superiores.
Martha Duarte se llamaba la titular de grado, lo consideraba su mejor estudiante, aunque académicamente fuera el más flojo. Pero también era el más sabio;El más lógico. Y así pasaban los días, de la escuela a la casa, de los sueños a las paredes. Siempre maltratado, siempre observado. Hasta que, sin saber cómo, zenaku comenzó a reprimir… O más bien, a guardar. Guardó todo lo que dolía en un archivo mental llamado: archivos-maliciosos.zip.
Capítulo III: El Juego o l Realidad
Tal vez, por la misericordia del Creador, las cosas han tenido —hasta ahora— un buen desenlace. Marcado, sí, por muchas sombras. Entre ellas, un abuso. Sin importancia para el mundo moderno por tratarse de una mujer hacia un hombre, abuso es abuso, sin importar de dónde provenga ni hacia quién se dirija. Más grave aún si se trata de un menor frente a un mayor. Para incredulidad de todos, de muchos... y de algunos, en especial para los directores del orfanato En aquellos dias la oscuridad sobrepaso la luz. Las malas intenciones pesaban más que las buenas. Y los pensamientos más bizarros se apoderaron de los nobles. La ficción de un videojuego se tranformo en una realidad cruda.
El club de striptease en Grand Theft Auto IV, la mayor excitación para un adolescente y para un niño. Ficción, al fin y al cabo: cámaras, animaciones, voces grabadas. Nada más.
Pero para Zenaku, las voces del juego fueron un eco, que siguió escuchando mientras la vida avanzaba... El personaje —él mismo— se encontró cara a cara con dos mujeres mayores. Murmullos, insinuaciones, morbo disfrazado de juego. No pasó a mayores —dirían muchos— pero el impacto fue real una escena difícil de olvidar, una exposición que no debía suceder. Más adelante, otro personaje se uniría. Un adulto, alentó lo que no debía alentarse: una escena encerrada en una bodega, un cuarto sin salida, y una “misión” en la que ya no había diferencia entre el juego y la vida real. Así fueron los hechos, o parte de ellos. Situaciones similares —no siempre sexuales—pero igual de cargadas, igual de marcantes, se repetirían con esa misma figura femenina. Primero pasivas. Luego... morbosas. Eso fue lo que pasó. Una conjugación de muchas conjugaciones. Y sí: como fue de una damisela hacia un hombre, a nadie le importó,ni le importa.ni, probablemente, le importará.
El personaje apagó la consola. El videojuego terminó. Pero —me remito a los hechos— el videojuego sí existió. Y después del juego de cámaras y animaciones, la consola se apagó… pero la vida continuó y el abuso se perpetro Posdata, estoy escribiendo un libro, autobiografico, asi que espero sus aportes, ¿porque aca? Indudablemente el bitcoin tiene mucho peso en mi biografia, y claro que va a enrutar el camnio, pero para llegar ahi necesito contar.
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